#ElPerúQueQueremos

Póngale la cola al burro

Publicado: 2011-04-07

Desde muy pequeña tuve mis ideas muy bien formadas… sabía lo que quería y no había poder humano que me hiciera desistir. Soñaba con las estrellas de Hollywood y sin temor alguno, a muy corta edad, decidí ir tras mis estrellas, llegando así hasta el mismo firmamento, alcanzando cada una de mis metas trazadas. Nunca fui temerosa, al contrario, me considero algo temeraria y desafiante, en todo. Y cuando voto, voto por convicción… gane o pierda mi postulante, me mantengo inalterable con mi resolución.

Con el paso del tiempo dejé de ser esa niña impetuosa, para convertirme en una mujer de convicciones firmes. A veces considerada un tanto irreverente, pero siempre consistente en mis ideales. Tal vez por eso ahora que observo a distancia como se están llevando a cabo las próximas elecciones, me pregunto cuando en el Perú va a existir el voto por convicción y no por persuasión. Hay encuestadoras con la ayuda maquiavélica de algunos diarios corruptos, que solo se dedican a fomentar el alboroto y manipulación mental con los más débiles, aunque en oportunidades también alcanzan salpicar, al que en su momento se creyó firme y sin embargo se doblega ante la posibilidad de votar a perdedor y no al que verdaderamente el corazón se inclina.

No hay mayor recompensa luego de una elección, que paladear el triunfo del Presidente por el que tú votaras. Aunque en el Perú con tantos partidos que nacen de la noche a la mañana, empiezan a causar un efecto como el de hierba mala, que crece por todas partes y es tanta su reproducción que ya toda se ve igual. ¿Por qué no se puede centrar la política en tan solo Demócratas y Republicanos, como en Los Estados Unidos? ¿Es que acaso no ven que ese nacimiento de tantos partidos oportunistas, solo conlleva a la confusión y desgano político? Hoy en día, cualquiera se puede lanzar para presidente, como si yo decidiera cambiarme el color de cabello, dependiendo del humor en que me encuentre.

En estas elecciones hay una rosa (Keiko) entre cuatro espinas (Humala, PPK, Castañeda y Toledo), lo cual para algunas mujeres tiene una connotación especial, por deseo de tener una fémina al mando. Demostrar que nosotras también podemos gobernar sin la necesidad de llevar saco y corbata. Poco a poco las mujeres, sobre todo en Latinoamérica han ido demostrando que tan igual que los hombres, pueden desempañarse en cargos políticos de alto nivel, llegando muchas de ellas a las presidencias de sus respectivos países. Ya no llama la atención cuando una elección presidencial es ganada por una mujer. Me considero una mujer sumamente feminista, sin llegar a obsesionarme por el tema. Me gusta la equidad y no veo el porqué de marcar diferencias, simplemente por el sexo al que se pertenece. Si bien es cierto la intuición femenina no es un mito, no es suficiente para marcar una gran diferencia, pero lo que si nos diferencia de manera abismal es que el sexo masculino es más permisivo a la falta, de lo contario no sería el número de hombres adúlteros, mayor que el de las mujeres.

Una contienda alturada pareciera ser mucho pedir. Los insultos van y vienen sin contemplación alguna y el juego sucio es el que está de moda. El respeto que debiera primar, es inexistente. Podremos haber tenido presidentes que mas que gobernantes parecieran bufones y primeras damas que debiesen haberse llamado “ultimas damas” por sus comportamientos erráticos o indignos de una dama; pero no podemos olvidar que como representantes máximos de la nación, merecen un respeto especial, algo que muchos diarios olvidan y mas que prensa, parecen mercachifles lanzándose ofensas vergonzosas.

Que estas elecciones no se conviertan en el juego de “Póngale la Cola al Burro”, donde a ciegas te pones a marcar y terminas con la cola en la cabeza. A tener los ojos bien abiertos, sin entrar en sentimentalismos u orgullos ridículos de votar a ganador. Que el voto sea pensante, calculado con lógica y trayectoria del candidato. Keiko no es la china, Humala no es el cuco, Castañeda no es el mudo, PPK no es el gringo, ni Toledo el Cholo. ¡Todas son personas que merecen nuestro respeto y si no nos agradan para presidente, simplemente no voten por aquel que podría llevar al país a un caos, pero eso sí… haga un voto inteligente!


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